viernes, 6 de enero de 2012

El detective

De pequeños algunos hemos soñado con ser detectives. Investigar cosas, anotar nombres, seguidos de lugares y horas. Algunos conservamos esa actitud de mayor. La información es poder, capacidad para controlar y manipular. Escuchar y preguntar, las mejores armas, quizá.

Pueden servir para que una persona nos de algo o para intentar hacerla feliz, pero en cualquier caso son armas. Y yo luego digo ser pacifista. Pero tengo una tendencia que difícilmente consigo evitar y no demasiadas veces, por interesarme por la vida de los demás, más allá, por sus problemas.

Obsesión por solucionar, por hacer feliz, quizá por sentirse apreciado. ¿Necesita alguien ser tan apreciado, necesita alguien salvar la vida de alguien, o más modestamente, ganarse la sonrisa de alguien? Quizá es mucho exigir, quizá hay que dejar que cada uno se solucione lo suyo. Me pueden apreciar por mi forma de ser o lo que sea que hago habitualmente y cómo. Y si no me aprecian que se jodan y se aguanten.

Está claro que se puede ser feliz sin logros de ese tipo, pero sería jodidamente bonito poder pensar esta persona, que tanto me alegra su presencia, sonríe gracias a mí. Otra droga más a la lista.

Aunque es tentador pensar que es una manía mía, es inevitable ver en la historia de los superhéroes, los samurais... todos esos protagonistas de series convencionales de dibujos... que nos parece precioso fantasear con ganarnos el afecto de alguien. Y es que, por poco amor que digamos necesitar o que nos sobre, siempre soñamos con más, con mayor o menor intensidad.

Como contrapunto, una introducción a probablemente la próxima reflexión: Intentemos evitar buscar un amor u otro, dediquémonos a dar con cuenta gotas y, si aparece alguien dispuesto a derrocharlo con nosotros... creo que lo mejor que podemos hacer es darle lo que tengamos. Ya es difícil que alguien muestre interés por uno sin estar bueno, parecer inteligente o tener habilidades sociales. Pero para el que tenga alguna de esas cosas: aprecia a quien te aprecie.


No hay comentarios:

Publicar un comentario