martes, 25 de junio de 2013

Enamoramiento y Amistad

Al margen del amor profundo, guiado por la experiencia y no por las expectativas, es inevitable encontrarse con alguien que llame la atención. Todos tenemos una serie de deseos, que plasmamos en actitudes, en palabras, en estética, en físico... Cada cual según lo que valora, claro.

Cuando nos encontramos con alguien con un buen número de esas características que valoramos de forma prejuiciosa, puede saltar la alarma hormonal. Buena pareja a la vista, focalicen el objetivo. La atracción es mayor o menor, más o menos abrupta, pero todo lo que sube tiene que bajar si no encuentra un zepelín en el que amortiguar. Y puede bajar poco a poco, o puede agotar todo el combustible y de repente comenzar la caída libre.

Partiendo de que es algo estúpido (que puede que salga bien, pero no hay motivos para saberlo, al contrario) decidirse por esa pareja, sobre todo si ya se tiene una que ha demostrado cómo es realmente (a medio y largo plazo, que cambian mucho las personas), y con la que no nos guiamos por suposiciones y apariencias...

La única opción es controlar la caída. Caída va a haber, y pensar que todo puede ser chupiguay para siempre es imposible. No es lógico sentirse amigo del alma de alguien que se conoce de dos meses, por muy buenas maneras que apunte esa persona. Y la primera señal es ver cómo adelanta a personas que han demostrado cosas con el tiempo, y no en una tarde. Repito, puede ser una persona maravillosa... o no. Y hay que tener prudencia.

Si no se escoge la prudencia (el bajar un poquito, y después subir otro poquito... de manera que a uno le de tiempo de llegar a muchos metros sobre el nivel del mar, pero no saltando, sino construyendo el edificio) se está condenado a que todos los buenos sentimientos se vuelvan, en parte, contra uno mismo de golpe.

Es injusto (a lo mejor la otra persona es la primera interesada en seguir acercándose), es rancio (como eso de "qué pena que seas lesbiana", que hay que decirlo con cuidado y confianza para no herir sensibilidades), y desde luego es egoísta (¿Qué tiene de malo admitir que no se es el mejor del mundo, y una persona que parece maravillosa debería estar con otro que no fuéramos nosotros?), pero uno siente rechazo sexual, sin haberse ofrecido (conscientemente).

¿Cómo sobrellevar esto? Construir un edificio desde la altura a la que estamos es difícil (siempre se pueden poner andamios hasta abajo, pero fácil es que no asienten bien). Bajar hasta abajo y empezar bien puede ser mortal para la relación y para el espíritu de uno. Lo más conveniente, un poco de asepticismo y un poco de indiferencia (sin llegar a romper el lazo ni mucho menos) para bajar poco a poco, y cagado de miedo, hasta una altura a la que los andamios puedan asentarse sobre el castillo de arena que ha ido construyéndose bajo nosotros.

2 comentarios: