miércoles, 29 de junio de 2011

El imanolismo: Historia y desarrollo.

Seguramente los que me conozcan estén hartos de la misma historia.

Son muchas las veces que se me intenta acusar de cosas hacia las que estoy en contra, por haber defendido otras cosas que la gente asocia con las primeras. Así fue como surgió el imanolismo. Uno no podía decir ser comunista sin que se le echasen en cara los errores de Lenin y Stalin, no podía ser anarquista sin que se le asociara con los punkies que pasan más tiempo borrachos que sobrios en su tiempo de ocio, cuando no andan con cosas peores, o con los violentos llamados "antisistema", cosa de la que hablaré en otro momento.

Puede parecer una solución perfecta para hablar como persona en vez de como representante de otra gente que ha dicho más o menos parte de lo que tú dices. Para nada.

Conforme pasa el tiempo, uno observa diversos casos. Quizá el mejor de ellos es que tu imanolismo sea denominado como le venga en gana al debatiente, como "comunismo de derechas" por ejemplo, haciendo uso de la mayor capacidad del absurdo que tiene el género humano. Aclarar que lo de derechas se decía por autoritarismo, no por conservadurismo ni neoliberalismo. Huelga decir que para mí hacer uso de la autoridad de uno mismo es una cosa que da mucha pereza, pero ese es otro cantar.

Quizá el problema más grave del imanolismo sea que la humanidad no está preparada para ello. Ni va camino de ello, ni quiere. Me explico.

Cada vez que se habla de un tema en concreto hay que intentar pormenorizar todos los asuntos, para lentamente analizarlo entre los debatientes, en un diálogo ideal. En la realidad, cada pormenor no importa como tal, sino que es juzgado en su conjunto a otras cosas, generalmente los intereses propios y sólo en una pequeña minoría la posibilidad de errar. Es decir, que si me dicen que X hizo Y no será lo mismo si X es mi amigo, si es alguien que me pegó, si es alemán o ruso, o si es de ciencias o de letras. Y con la acción Y pasa algo similar.

Por tanto, no deja de verse cada pequeño problema como parte de uno más grande. El imanolismo no existe para el contrincante. Imanol es una cosa o es otra, pero ante todo, no es una persona. Es de un bando, amigos o enemigos, no hay más. Como mucho, puede verse como amigo para unos temas y como enemigo para otros. Pero jamás se considerará neutral. Porque la desesperación odia la neutralidad como si fuera su atacante.

La pregunta con la que yo me quedo, es: Son todo pequeños engranajes de un sistema, o son pequeños bloques de felicidad y armonía que ir sumando? Se puede justificar que algo puntual no sea efectivo o que no se pueda aplicar a la realidad, alegando que va en un conjunto de medidas que se complementan unas a otras? Las dimensiones de nuestro interés son dos, pero, y las de la realidad? se puede ser neutral?

Quizá la más grave sea: Existe de verdad la comunicación?

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