sábado, 4 de febrero de 2012

Cara de gato

Intento simplemente poner cara de gato. Abrir bien los ojos y extender los labios en una aparente sonrisa.

No sé muy bien qué persigo. Por ahora llevo a cuestas mis decisiones pasadas. Probablemente equivocadas, pero no veo forma de arreglar la situación.

Creo que busco mostrar aprecio porque vuelvo a sentir falta de atención. Me repito continuamente que los demás me aprecian más de lo que parece, más de lo que me merezco probablemente.

Me digo que es una estupidez meterme conmigo mismo, que sólo puede dar pie a incongruencias. Que soy lo mejor que tengo y he de sonreírme más en el espejo. Que no puedo pasarme la vida esperando algo que no llega. Que todos los deseos buscan situaciones irreales que sólo se pueden satisfacer mediante neuras.

Sé que he de esperar pacientemente, que es lo más inteligente, pero tengo miedo de caer en el olvido de la sociedad, de no poder cumplir mis metas ni ahora ni nunca.

Voy creándome ídolos humanos que no soy capaz de imitar por fácil que parezca. Es difícil cuando lo que se espera no es la acción en sí, sino lo que despierta en uno mismo. Buscar intenciones, eso sí que es una neura, y más si se desconfía de las palabras y los gestos de los demás.

He empezado a crear una persona en mi mente, con la que interactuar, que responda como deseo que lo haga el mundo. Parece lógico: Imito el mundo que me rodea, X me responde como me gustaría, y después imito a X ante el mundo. Funcionaría si supiera imitar el mundo. Una de las razones para considerarme como una torta al sol es mi incapacidad para observar a las personas.

Me doy cuenta de que a lo largo de mi vida he creado un perfil general, con el que tratar a todos por igual o intentarlo, pero soy incapaz de individualizar. No sé qué regalar, no sé qué espera nadie de mí, siento que no conozco a los que me rodean. No sé interpretar las cosas de forma inteligente, o dicho de otra forma, observar a los demás no me sirve para anticiparme a sus movimientos.

En vez de intentar comprender su perfil de movimiento, hipotizo que se mueven hacia donde yo quiero y me agarro a esa creencia como a un clavo ardiendo.

Tengo que aprender a observar para poder ser feliz. Pero un buen principio es sonreír mientras presto atención.

2 comentarios: